El problema
es que hemos hecho la letra demasiado pequeña.
El problema es que hemos
hecho la letra demasiado pequeña.
El problema
es que hemos hecho la letra demasiado pequeña
LEER es una de las funciones más
elevadas del cerebro humano. Es además una de las funciones más importantes de
la vida, dado que prácticamente todo aprendizaje se basa en la habilidad para
leer.
Leer bien ha sido y será siempre
garantía de éxito en los estudios y en la vida de cualquier persona. La lectura
eficaz es la plataforma imprescindible en la que se apoya el éxito de las
personas y una excelente vacuna contra el aburrimiento.
Existe la queja generalizada de
maestros y profesores de que los estudiantes entienden poco de lo que leen.
Creemos que la introducción del método de lectura de Glenn Doman en edades
tempranas favorecerá extraordinariamente la renovación de esta vital actividad
pedagógica.
- Aprender a leer es tan fácil como
aprender a hablar.
- El cerebro humano es singular, y se
puede decir de él que es el único contenedor que es capaz de recoger más cuanto
más le echas.
En los cuatro o cinco
primeros años la habilidad para absorber información es inigualable y el deseo
de hacerlo es mayor de lo que jamás será después. Aprender también es el juego más fabuloso
de la vida, y el más divertido.
Hemos asumido que los niños odian
aprender básicamente porque a la mayoría de ellos no les ha gustado el colegio,
o incluso lo han despreciado. Hemos confundido el colegio con aprender. El
proceso de aprendizaje debería ser prioritariamente divertido, ya que es el más
fabuloso juego de la vida.
Los ojos ven pero no comprenden lo
que ven, y los oídos oyen pero no comprenden lo que oyen. Sólo el cerebro
comprende.
Cuando el oído capta, o recoge, una
palabra o mensaje hablado, este mensaje auditivo se rompe en una serie de
impulsos electroquímicos que son enviados al área auditiva del cerebro, que los
descodifica y comprende en lo que se refiere al significado que la palabra
intentaba transmitir.
De la misma manera, cuando el ojo
capta una palabra o mensaje escrito, este mensaje visual se rompe en una
serie de impulsos electroquímicos que son enviados al área visual del cerebro
donde se descodifican y se comprenden como lectura. Es un instrumento mágico el
cerebro.
Tanto la vía visual como la auditiva
viajan a través del cerebro donde ambos mensajes se interpretan por el mismo
proceso cerebral.
El periodo desde el
nacimiento hasta un año.
En este período es
cierto que nos preocupamos porque esté limpio, calentito y bien alimentado,
pero también es verdad que restringimos seriamente su crecimiento neurológico.
El bebé debería tener oportunidades casi ilimitadas de movimiento para la
exploración física y la experimentación. Nuestra cultura y sociedad actual
normalmente se lo niega. Lo que el niño sea de adulto, en términos de habilidad
física y neurológica, está determinado con mayor fuerza durante este periodo
más que en cualquier otro.
El periodo de uno a
cinco años.
Durante este periodo de la vida lo amamos, nos aseguramos que no se lastime, lo
colmamos de juguetes y lo llevamos a la guardería y/o al colegio. Y, de forma
inconsciente, lo hacemos muy bien para impedir el aprendizaje. Lo que debería
suceder durante estos años decisivos es que satisficiéramos su tremenda sed de
materia prima de la que él quiere beber de todas las formas posibles, pero
especialmente en lo que se refiere al lenguaje, tanto si es hablado, oído,
escrito o leído.
Es en este periodo de la vida cuando
el niño debería aprender a leer, abriendo así para él la puerta del preciado
tesoro de todo lo que el hombre ha escrito a lo largo de la historia, la
totalidad del conocimiento humano.
Es durante estos años -que no
volverán- de insaciable curiosidad, cuando se estampa el sello intelectual del
niño. Aquello que el niño pueda ser, los intereses que tendrá, cuáles serán sus
capacidades, quedará determinado en estos años. Aprender durante este periodo
de la vida es de obligada necesidad, y si lo impedimos, estamos yendo contra la
naturaleza. Es una necesidad para la supervivencia.
La supervivencia en el mundo de las
personas depende de la habilidad para comunicarse, y el lenguaje es la
herramienta de comunicación.
La necesidad de aprender durante
este periodo de la vida es, para el niño, una necesidad vital. ¿No es
maravilloso que la sabia Naturaleza haya hecho que al niño le encante
aprender?.
Este es, pues, el periodo en la vida
en el que el cerebro del niño es una puerta abierta a toda la información sin
hacer un esfuerzo consciente de ningún tipo. Este es el periodo de la vida en
el que puede aprender a leer de forma sencilla y natural. Se le debería ofrecer
la oportunidad de hacerlo.